miércoles, 5 de septiembre de 2012

El compromiso a prueba

Leer | GÉNESIS 22.4-18

Abraham comenzó a caminar con el Señor mucho antes de que le pidiera que ofreciera a Isaac en el altar. Su primer paso había sido dejar su hogar y sus parientes para ir a una tierra que Dios había prometido mostrarle. Pero ahora le estaba diciendo que renunciara a la persona que más amaba. Isaac era el hijo de la promesa, por medio de quién Dios formaría una gran nación y bendeciría al mundo entero. Este fue el desafío más grande que Abraham había enfrentado en toda su vida, pero obedeció.

El Señor nunca nos permite estar descansando en una meseta espiritual. Es por eso que Él, a veces, pone a prueba nuestro compromiso. Estas oportunidades que tenemos para crecer son una expresión de su amor, porque Él sabe que quedarnos inmóviles no es lo mejor para nosotros. La prueba está diseñada para ayudarnos a crecer en fe, obediencia y madurez espiritual, al mismo tiempo que nuestra dedicación se vuelve más grande. Así es como nos convertimos en siervos valiosos para su reino.

La obediencia de Abraham a esta prueba de fuego se debió a su comprensión de Dios. Él creía que el Señor cumpliría su promesa de darle descendencia a través de Isaac, aunque eso requiriera resucitar al muchacho (He 11.17-19). Fue por eso que Abraham dijo confiadamente a sus siervos: “Adoraremos y volveremos a vosotros” (Gé 22.5). Sabía que el Señor era fiel.

Si usted está pasando por una prueba, Dios está buscando elevar su compromiso con Él a un nuevo nivel. Quiere demostrarle que Él es fiel a sus promesas, y le bendecirá en gran medida por su obediencia. El crecimiento puede ser doloroso, pero Él le envolverá con su amor y le llevará a la victoria.

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