lunes, 12 de noviembre de 2012

El significado de la culpa

Leer | JUAN 8.1-11

La culpa por algo que viola la conciencia, es un sentimiento normal. Sin embargo, vivir bajo una nube de remordimiento sin una razón clara no lo es. El Señor creó los sentimientos de culpabilidad y remordimiento para que sirvieran como recordatorios a una persona de que ha hecho algo malo, y que necesita arrepentirse. Pero Satanás usa esos sentimientos para tener cautivas a las personas: Quienes viven con un sentimiento de culpa no están seguras del amor de Dios.
La culpa buena –la herramienta efectiva del Señor para impulsar al arrepentimiento– es un regalo que nos ayuda a encontrar la senda correcta. Pero el diablo estimula la culpa falsa, que implica hacernos responsables por cosas que están fuera de nuestro control, y sufrir la auto condena por no ser capaces de cambiar los efectos. Este tipo de culpa es también un problema generalizado de quienes están en iglesias legalistas o que tienen ciertos estilos de vida; ciertas actitudes o pensamientos son considerados pecaminosos, y entonces las personas se sienten avergonzadas por hacer o pensar en esas cosas.
La auto condena impide el desarrollo de una relación con Cristo. Atrapados por la culpa temen ser rechazados. La confianza en sí mismos es casi imposible, porque están esperando que la condenación de Dios caiga sobre ellas.
El Señor no vino para acusarnos o condenarnos. Cristo regeneró nuestras almas y nos hizo justos delante de Dios, y por eso nuestra culpa ha sido quitada. Si nuestro Salvador perdonó a la mujer sorprendida en adulterio, piense en cuán dispuesto está Él a quitar su vergüenza (Jn 8.11).

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