domingo, 26 de mayo de 2013

Nacer de nuevo

Leer | JUAN 3.1-8
Nicodemo era miembro del consejo rabínico conocido como el sanedrín. La gente de su época habría dado por hecho que tales credenciales aseguraban que estaba bien espiritualmente. Sin embargo, Jesús le dijo que la única manera de entrar en el reino de Dios era nacer de nuevo.
Muchas personas hoy día son como Nicodemo: religiosas, virtuosas y se comparan con otras personas. Razonan así: De algún modo, nuestro amoroso, benévolo y maravilloso Dios hará posible que yo vaya a dar al cielo. Pero esto es absolutamente falso. El Señor Jesús dijo: “No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo” (Jn 3.7).
Nuestros pecados nos separan de Dios. Ser buenos no puede cerrar la brecha, porque no importa lo bien que tratemos de conducirnos, todos pecamos. Nuestra naturaleza es ser pecadores, y la naturaleza es algo que no podemos cambiar.
El autoengaño más grande es pensar que podemos portarnos bien y así ser aceptados por Dios. La única manera de ser agradable a Dios es nacer de nuevo, por un acto divino.
Cuando una persona pone su fe en Jesucristo como su Salvador, experimenta una regeneración. En otras palabras, en el momento de la salvación, se convierte en una nueva creación (2 Co 5.17 NVI).
Usted puede estar “actuando” bien sirviendo a Dios, leyendo la Biblia, ofrendando y orando. Pero ¿hubo alguna vez un cambio radical en su alma, un momento en que comenzó una relación personal con Dios? ¿Tiene una nueva naturaleza por la obra del Espíritu Santo? Si no puede responder sí a estas preguntas, usted necesita nacer de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario