La Biblia: La Voz de Dios para el Corazón Humano
La Biblia revela verdades del más elevado orden, que no se dan a conocer en otras partes. Verdades que afrontan las más urgentes necesidades de nuestra naturaleza; que dan soluciones a los problemas que la razón jamás ha podido resolver. Tiene la misma adaptación al alma que la atmósfera a los pulmones, o que las influencias del sol sobre la tierra en la que vivimos. Y lo que seria la tierra sin estas influencias es, de hecho, lo que es el alma sin el conocimiento de las verdades que llegamos a conocer exclusivamente por medio de la Biblia.
Queridos hermanos y hermanas, hoy quiero hablarles de un tesoro invaluable que a menudo tenemos tan cerca, pero a veces tan poco apreciamos: la Palabra de Dios, la Biblia.
El texto que hemos leído comienza diciendo que "la Biblia revela verdades del más elevado orden, que no se dan a conocer en otras partes". Esta es una declaración profunda. En un mundo donde se multiplican las voces —en libros, en redes sociales, en noticias, en opiniones— hay una sola voz que nos revela verdades eternas, absolutas y profundamente necesarias: la voz de Dios en las Escrituras.
1. Verdades que el mundo no puede dar
La Biblia no es solo un libro antiguo ni una recopilación de historias. Es una revelación divina. Y contiene verdades que no se encuentran en la ciencia, la filosofía o la experiencia humana.
El hombre ha buscado durante siglos el sentido de la vida, el origen del mal, el destino después de la muerte, y muchas otras cuestiones. Pero como dice el texto, "la razón jamás ha podido resolver" estas preguntas por sí sola.
Necesitamos algo más que lógica: necesitamos revelación. Y esa revelación está en la Biblia. Allí aprendemos que fuimos creados a imagen de Dios, que el pecado nos separó de Él, pero que en Cristo tenemos redención, perdón y vida eterna.
2. Una necesidad tan vital como el aire
El texto también dice: "Tiene la misma adaptación al alma que la atmósfera a los pulmones". Así como los pulmones fueron hechos para el aire, tu alma fue hecha para la Palabra de Dios.
Si dejamos de respirar, morimos físicamente. Y si dejamos de alimentarnos de la Palabra, morimos espiritualmente.
Jesús dijo: "No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4:4). ¿Estás respirando la Palabra cada día?
3. Luz para nuestras tinieblas
La Biblia responde a las preguntas más urgentes del ser humano. ¿Quién soy? ¿Por qué sufro? ¿Tiene sentido mi vida? ¿Hay esperanza?
La Palabra no solo responde, sino que transforma. Dice el Salmo 119:105: "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino". Nos guía, consuela, confronta y salva.
4. ¿Cómo sería el mundo sin ella?
El texto nos deja esta poderosa imagen: "Lo que sería la tierra sin las influencias del sol, es lo que es el alma sin el conocimiento de las verdades que llegamos a conocer exclusivamente por medio de la Biblia".
La tierra sin sol es muerte. El alma sin la Biblia, también.
Pero cuando abrimos la Biblia y dejamos que hable a nuestro corazón, es como si el sol volviera a brillar. La vida florece. El alma despierta. La esperanza renace.
Conclusión
Si hay algo que el enemigo quiere que descuidemos, es la Biblia. Porque sabe que en ella está el poder para cambiar vidas.
La Palabra de Dios es un regalo, una necesidad, una guía y una fuente de vida.
Como dijo el salmista: "Oh, cuánto amo yo tu ley. Todo el día es ella mi meditación" (Salmo 119:97).
Que la Biblia sea para nosotros lo que el sol es para la tierra. Porque solo así viviremos realmente.
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