domingo, 20 de abril de 2025

¿ESTÁS LISTO PARA DAR EL PASO?

La Emoción Santa de Vivir Más Allá de Nosotros Mismos

La Emoción Santa de Vivir Más Allá de Nosotros Mismos

Introducción:

Este es un tema que puede transformar radicalmente nuestra forma de vivir y nuestro caminar con Dios. Es la emoción santa de vivir más allá de nosotros mismos, una vida que va más allá de nuestros deseos, nuestras limitaciones y nuestras pequeñas preocupaciones cotidianas. Pero, para experimentar esa vida, hay un paso que debemos dar, un paso que involucra una rendición total a lo que el Espíritu...

1. La Llamada a Vivir Más Allá de Nosotros Mismos:

En Filipenses 2:3-4, el apóstol Pablo nos desafía con estas palabras:

"Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, antes bien con humildad, considerando cada uno a los demás como más importantes que a sí mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros."

Este pasaje nos llama a salir de nuestra zona de confort, a vivir una vida que se enfoque no solo en lo que queremos o necesitamos, sino en lo que los demás necesitan. Vivir más allá de nosotros mismos es una invitación a amar y servir con generosidad, a ofrecer nuestras vidas por el bien de los demás, a perder nuestra vida para encontrarla en Cristo.

Pero, ¿cómo llegamos a este lugar? ¿Cómo podemos vivir esta vida que Pablo describe? La respuesta está en rendirnos completamente al Espíritu Santo. Cuando nos entregamos a Él, no solo cambiamos nuestra forma de pensar y actuar, sino que empezamos a experimentar una emoción santa, un gozo profundo que solo el Espíritu puede darnos, que nos mueve a vivir más allá de nuestros propios intereses.

2. ¿Qué Ocurre Cuando Rehusamos Rendirnos al Espíritu Santo?

El apóstol Pablo también nos recuerda en Efesios 4:30 que no debemos entristecer al Espíritu Santo. Cuando nos resistimos a Su obra en nuestras vidas, estamos perdiendo la oportunidad de experimentar la plenitud de lo que Dios tiene para nosotros. Nos quedamos atrapados en nuestras propias limitaciones, en nuestros propios deseos egoístas, y eso nos impide vivir más allá de nosotros mismos.

Rehusarnos a rendirnos al Espíritu nos priva de esa emoción santa de ver más allá de nuestro propio mundo, de nuestras propias preocupaciones y deseos. Nos quedamos estancados, enfocados solo en lo que nos afecta directamente, y eso hace que nuestra vida cristiana sea superficial. En lugar de ver cómo Dios quiere usar nuestras vidas para impactar a los demás, nos volvemos más y más cerrados, sin ver más allá de nuestro propio círculo.

3. La Emoción Santa de Vivir Más Allá de Nosotros Mismos:

Cuando rendimos nuestras vidas al Espíritu Santo, Él nos llena de una pasión divina, una emoción que no depende de las circunstancias, sino de la presencia de Dios en nuestras vidas. Esta emoción santa nos impulsa a vivir con propósito y con visión. Es el tipo de emoción que nos lleva a actuar en favor de los demás, a servir, a amar sin esperar nada a cambio. Es un gozo que proviene de saber que estamos viviendo según el propósito eterno de Dios.

En Juan 7:37-39, Jesús nos dice:

"El que tenga sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva."

Este pasaje nos habla de la vida que el Espíritu quiere darnos. Ríos de agua viva que fluyen de nuestro interior, un río de vida que nunca se agota, una emoción santa que nos lleva a vivir más allá de nosotros mismos, a poner las necesidades de los demás por encima de las nuestras, y a tener una visión global de lo que Dios está haciendo en el mundo.

Cuando nos rendimos al Espíritu Santo, no solo experimentamos esa emoción, sino que comenzamos a vivir de una manera que refleja a Cristo. Vivimos una vida de servicio, de sacrificio, de generosidad, de amor incondicional. La emoción de saber que estamos en el centro de la voluntad de Dios es incomparable. Es una emoción que no solo transforma nuestra vida, sino que impacta a todos los que nos rodean.

4. La Decisión de Rendirnos al Espíritu Santo:

La clave para experimentar esta vida más allá de nosotros mismos está en nuestra decisión diaria de rendirnos al Espíritu. Esto no es algo que suceda de la noche a la mañana; es un proceso continuo de entrega y obediencia. No podemos controlar el Espíritu, pero sí podemos abrir nuestros corazones para permitirle que nos transforme.

En Romanos 12:1-2, Pablo nos exhorta:

"Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta."

Conclusión:

Queridos hermanos, no perdamos la oportunidad de experimentar la emoción santa de vivir más allá de nosotros mismos. Al rendirnos al Espíritu Santo, permitimos que Él transforme nuestra vida, llenándonos de un gozo profundo que nos impulsa a servir, a amar y a vivir según el propósito eterno de Dios.

Que hoy podamos tomar la decisión de rendirnos completamente al Espíritu Santo, y permitir que Él nos lleve a una vida llena de emoción, propósito y poder, para que podamos ser instrumentos de Su amor en este mundo necesitado.

Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario