El Fundidor Divino — El Fuego Que Purifica
Malaquías 3:3
La santificación a través del fuego purificador de Dios
I. Introducción: Una escena junto al fuego
“Se sentará como fundidor y purificador de plata; purificará a los levitas y los refinará como se refinan el oro y la plata. Entonces traerán al Señor ofrendas conforme a la justicia.” — Malaquías 3:3 (NVI)
Imaginemos a un platero frente a su horno. Con paciencia y atención, calienta la plata hasta que brilla. No se aparta, no se apresura. Así es Dios con nosotros. No se va cuando estamos en el fuego: Él se sienta con nosotros y nos purifica con propósito.
II. El fuego de la purificación no es castigo, es gracia
Como enseña la teología evangélica, somos salvos por gracia mediante la fe (Efesios 2:8-9), pero también llamados a una vida de santificación progresiva (2 Corintios 3:18).
El fuego no destruye: refina. No condena: santifica. Dios permite que pasemos por el horno para sacar impurezas ocultas:
- Orgullo
- Envidia
- Falta de fe
- Ídolos del corazón
No es castigo. Es gracia que transforma.
III. El proceso es doloroso, pero tiene propósito
“Purificará a los levitas y los refinará como el oro y la plata…”
El platero conoce la temperatura exacta, no se distrae, no se aleja. Así es Dios: nunca nos deja solos. El apóstol Pedro lo entendía:
“Aunque ahora por un poco de tiempo tengan que sufrir diversas pruebas, el oro —aunque perecedero— se acrisola al fuego; así también su fe…” — 1 Pedro 1:6-7
Una fe que no es probada, no madura.
IV. El propósito final: reflejar Su imagen
Cuando el platero ve su reflejo en la plata, sabe que está lista. De igual forma, Dios quiere ver reflejado en nosotros a Su Hijo.
“A los que antes conoció, también los predestinó para ser hechos conformes a la imagen de su Hijo…” — Romanos 8:29
Este es el fin de la santificación: ser como Cristo.
V. Conclusión: Ofrendas conforme a la justicia
Cuando Dios ha trabajado en nosotros, nuestra adoración cambia. Ya no damos por obligación, sino como fruto de una vida purificada.
“…Entonces traerán al Señor ofrendas conforme a la justicia.” — Malaquías 3:3
Una vida transformada por el fuego se convierte en una adoración viva y verdadera.
Aplicación final: ¿Estás en el fuego?
Tal vez estás en una temporada difícil. Recuerda esto:
- Dios está presente.
- Él no ha apartado Su mirada.
- El fuego no te destruirá, te purificará.
Confía. Rinde tu corazón. Deja que Dios vea Su imagen en ti.
📖 Versículos clave
- Malaquías 3:3
- 1 Pedro 1:6-7
- 2 Corintios 3:18
- Romanos 8:29
- Hebreos 12:10-11
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