jueves, 22 de diciembre de 2011

Cómo experimentar la paz de Cristo

Leer | JUAN 14.27-31 


"Mi paz os doy" (Jn 14.27). Jesús dijo estas asombrosas palabras unas horas antes de su crucifixión. Es que su paz no depende de circunstancias externas. Aunque Él da su paz a todos los creyentes como un regalo, nuestro disfrute de ella tiene que ver con nuestra convicción en cuanto a las siguientes verdades:
  • Dios tiene el control de todo. Sin esta garantía, el mundo sería un lugar aterrador.
  • Él me ama y me ayudará en todas las circunstancias, no importa cuán difícil o dolorosa sean.
  • Para disfrutar de la paz de Cristo, debo rendir mi vida a Él. Si me aferro a mis métodos y planes, mi vida se volverá un caos.
  • Tengo una perspectiva y una comprensión limitadas de mis circunstancias, y de los propósitos de Dios al permitirlas.
  • El Señor promete que todas las cosas servirán para mi bien. Él está trabajando constantemente para transformar mi carácter a la imagen de Cristo.
  • Tengo que vivir en sintonía con Dios, andando en el Espíritu y confesando y arrepintiéndome de inmediato de cualquier pecado.
  • La Palabra de Dios es mi base para tener paz. Ella aumenta mi confianza en la bondad del Señor, me asegura que Él cumple sus promesas, y me recuerda su soberanía en cada situación.
Lamentablemente, muchos cristianos viven toda su vida sin experimentar paz, tal vez porque la fe y el sometimiento a Dios les resultan difíciles. Pero solo cuando rendimos el control de nuestras vidas a Cristo y confiamos en sus planes para nosotros, hallamos tranquilo descanso para nuestras almas.

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