Testimonios Vivos de Jesús – Por el Espíritu y para su Gloria
Hoy no quiero hablar de religión, sino de vida transformada. No se trata solo de asistir a una iglesia, leer la Biblia o conocer doctrina. La verdadera pregunta es: ¿Estoy siendo un testimonio vivo de Jesús? Y si lo soy, ¿es el Espíritu Santo quien me da el poder para ello o estoy esforzándome en mi carne?
1. Un testimonio no es solo lo que dices, es lo que vives
Jesús no dijo: "me hablarán", sino "me serán testigos" (Hechos 1:8). La palabra "testigo" implica una vida que prueba algo. ¿Mi vida prueba que Jesús vive? Muchos conocen nuestras opiniones, pero ¿conocen nuestro testimonio? (Mateo 5:14–16)
2. No podemos ser testigos sin el Espíritu Santo
Los discípulos conocían a Jesús, pero no estaban listos para testificar hasta que vino el Espíritu Santo. Jesús les dijo que esperaran (Hechos 1:8). El testimonio verdadero no nace del conocimiento, sino del poder de Dios obrando en nosotros.
3. El Espíritu Santo nos transforma desde dentro
Ser testigo no es fingir una vida cristiana. Es ser cambiado de verdad. El Espíritu trabaja en lo profundo del corazón, transformándonos (Gálatas 5:22). Ese es el testimonio que impacta más que mil sermones.
4. El Espíritu nos guía a cada paso
El Espíritu os guiará a toda verdad (Juan 16:13). Él impulsa a amar, a hablar, a callar, a orar, a actuar con misericordia. Él nos hace sensibles a la necesidad de otros.
5. El Espíritu da poder sobrenatural al testimonio
No basta con ser buenos; el testimonio de Cristo va acompañado de poder. Poder para perdonar, resistir la tentación, hablar con sabiduría, sanar, consolar (Zacarías 4:6).
6. Nuestra vida puede hacer que otros glorifiquen a Dios
Jesús dijo: "Al ver vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mateo 5:16). Vivamos de tal manera que otros vean a Jesús y glorifiquen al Padre.
El mundo no necesita más religión vacía, necesita personas llenas del Espíritu Santo, que vivan como testigos vivos de Cristo. Llénate del Espíritu, rinde tu vida, y verás cómo tu vida se convierte en una carta viva de Jesús.
Hoy es el día para decir: "Espíritu Santo, lléname. Hazme un testigo real de Jesús. Que mi vida predique, que mis pasos reflejen al Salvador."
No hay comentarios:
Publicar un comentario