jueves, 15 de diciembre de 2011

Confiar en la fidelidad de Dios

Leer | 1 TESALONICENSES 5.16-24 


¿Le parece a usted demasiado difícil algo que le ha dicho Dios que haga? Puede tener la seguridad de que si le llamó a hacer su voluntad, Él será fiel para ayudarlo a lograrlo por medio del Espíritu Santo que vive y actúa en usted. Así que, si le dice: "No puedo hacer eso, Señor", lo que está diciendo, en realidad, es: "Dios no cumple su palabra". De manera que, todas nuestras expectativas deben estar puestas en Él, no en nuestras fuerzas o capacidades.
Cuando usted duda de la fidelidad de Dios, esa incredulidad se convierte en una grieta en su armadura espiritual, y puede tener la seguridad de que es allí donde Satanás le atacará. Comenzará a dudar del carácter de Dios —de su bondad, por ejemplo—, y esa desconfianza se convertirá en una pesada carga que arrastrará innecesariamente a cada aspecto de su vida.
Podrá sentir que no tiene suficiente fe para obedecer, pero Dios no le está pidiendo que tenga fe cuando las circunstancias sean favorables, sino que tenga confianza en que Él es quien dice ser.
¿Cree que Dios es un mentiroso? Es así de sencillo: O Dios es fiel o no lo es. Pero si cree que la fidelidad es parte del carácter de Él, entonces podrá hacer cualquier cosa que el Señor exija. Se verá fortalecido por su dependencia de Él, ya sea que venga un diluvio de pruebas o una inundación de bendiciones.
Cuando la vida se le vuelva dura y difícil, la dulzura de la fidelidad de Dios se hará verdaderamente real en su corazón. Al caminar a través de estas tormentas con absoluta confianza en el poder de Dios, su confianza en el carácter del Señor se vuelve parte de lo que usted es, y le fortalece interiormente.

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